En El Raval, todos los equipamientos se concentran en el lado Este del Raval, formando un eje enlazando grandes espacios abiertos. El lado Oeste es, casi en su totalidad, residencial y de una altísima densidad. Es aquí donde se emplaza el proyecto. Un interior de isla utilizado actualmente por un aparcamiento de coches y en una parcela vacía transformada en un ágora para reunión de vecinos.
Frente al problema de la alta densidad y calles estrechas, hasta ahora se ha trabajado con la substracción. Eliminando masa para generar un eje de equipamientos y espacios abiertos.
Se repiten tres situaciones por todo el barrio. Parcelas que han quedado vacías, medianeras que quedan vistas e interiores de isla que son espacios de grandes dimensiones y con un uso desaprovechado.
Con la intención de dar respuesta a estas tres situaciones, el proyecto está compuesto por tres elementos principales: pasarelas, bloques y estructuras espaciales. Un recorrido en forma de pasarela por los interiores de isla del Raval, enganchándose a las medianeras y adaptándose con quiebros a la estructura irregular del barrio. Se colocan cuatro bloques a lo largo de este recorrido en las parcelas vacías: dos de entrenamiento, una escuela de circo y un escenario. Estos bloques van acompañados de unas estructuras espaciales formadas por andamios para las actividades exteriores.
El proyecto se adapta a las necesidades de los usuarios teniendo unos espacios diáfanos en el interior de sus bloques, con grandes alturas y cerchas metálicas como estructura para facilitar la instalación de escenografía.