El proyecto pretende repensar la manera en la que vivimos y dar respuesta a las carencias de las formas de vida actuales, creando un lugar activo y participativo donde se pone en valor a los usuarios y se dan las herramientas y condiciones necesarias para su desarrollo personal. De esta forma, son los propios usuarios los protagonistas principales, quienes crean el espacio, lo comparten y lo transforman dependiendo de sus necesidades, consiguiendo un lugar justo y democrático, teniendo como objetivo la creación de una comunidad fuerte y resiliente.
El área de trabajo se encuentra en una zona enquistada al sur de la ciudad de Valladolid, en el entorno del barrio de Las Villas. Aquí destaca la gran tapia, un límite generado por la parte trasera de las viviendas molineras que supone un gran problema para el barrio y su contacto con la ciudad. Es por ello, que el proyecto dará una nueva lectura a esta conexión y permeabilizará esta barrera.
De este modo, el proyecto actúa como un elemento de transición entre el barrio de las Villas y la ciudad, consiguiendo así un espacio protegido que amortigua la inercia de la ciudad. En él se creará un paisaje rico y conectado, al servicio tanto de la comunidad como de la ciudad, en el que se fomentarán las relaciones y el intercambio, dando lugar a un “mundo” en el que se pueden llevar a cabo estas nuevas formas de convivencia.