El proyecto se sitúa en uno de los principales ejes urbanos de Terrassa, en una calle de sección asimétrica, con una fachada consolidada a norte y unos jardines públicos a sur.

La transformación tiene como objetivos la pacificación del tráfico, la mejora de la conectividad con los jardines y la introducción de áreas para la socialización vecinal. 

El resultado es una ‘calle-plaza’ dividida en dos franjas, una de circulación, con prioridad peatonal, y otra de transición con los jardines, formada por parterres y bancos dispuestos con el objetivo de romper la linealidad de la calle y formar espacios de socialización. 

Se incrementa la conexión entre la calle y los jardines, diluyéndose el límite entre ambos, unidos en un mismo espacio público de convivencia.

La materialidad dominante es la cerámica, enlazando con el pasado industrial de Terrassa. La ‘franja de circulación’ está pavimentada con la baldosa característica del área peatonal del centro urbano, mientras que la ‘franja de transición’ se resuelve con ladrillo manual a sardinel, dando a este ámbito un carácter específico y a su vez integrado al conjunto.

El proyecto incorpora elementos patrimoniales, como una antigua fuente convertida en parterre, bancos de piedra recuperados o el antiguo pavimento de adoquín.

Se re-naturaliza el ámbito con arbolado y arbustivas y se incrementan las superficies filtrantes contribuyendo a restaurar el ciclo natural del agua.

Se limitan las emisiones de CO2 mediante las siguientes soluciones: incorporación de cerámica fabricada en hornos de biogás; utilización de árido reciclado; reutilización de elementos urbanos existentes.