Bienal Española de Arquitectura y urbanimo

Aquí, Malecón. Pozas en la caleta de San Lázaro

Berta Aguado Benito

Un malecón es un rompeolas, un dique que frena el avance del mar tierra adentro y permite el paseo elevado junto al mar.
Nos situamos en la Habana, almendra fortificada que mira al interior de la bahía protegiéndose del mar abierto.
Pequeñas construcciones saltan extramuros para buscar una relación directa con el mar, configurándose diversas pocetas para el disfrute de los habaneros: cortes en la roca de costa con aberturas al mar. Son los llamados “baños de los campos elíseos”, “baños del recreo” y “baños militares”.
El posterior Malecón supone un límite entre la ciudad y el mar.

1_ el malecón
Se realiza una excavación a cielo abierto de los rellenos del terraplén que configura el actual paseo del malecón. El material sobrante será reciclado y clasificado según su granulometría para la configuración de los rompeolas y sus asientos.

2_ las cavidades
Los huecos realizados configuran cavidades que desdibujan el rotundo límite del Malecón creando cierta porosidad al comunican el nivel superior de paseo con el nivel inferior del mar. Permiten el paso del agua, la luz y las personas. Surgen así espacios intermedios que aportan sombra, lugares de reunión, ducha o cambio de ropa.

3_los baños

Los baños ofrecen situaciones cambiantes que responden a la variación del nivel del agua del mar según las estaciones y el tiempo. La construcción consiste en el desmantelamiento y tallado de la roca imprescindible y la ejecución de unos muros de hormigón ciclópeo, para controlar la entrada natural de las aguas.