Rehabilitación de la Casa de la Cultura como Biblioteca Municipal y Teatro

El proyecto de rehabilitación de la Casa de la Cultura de Boadilla como nueva biblioteca y teatro municipal trabaja sobre un edificio de los años 1980 que albergaba dos usos entremezclados de manera algo confusa. El nuevo edificio se plantea como un lugar de vocación pública, que se construye sacando provecho de las condiciones urbanísticas, programáticas y materiales del edificio original. Se ha reordenado cada uno de esos parámetros para proyectar un nuevo equipamiento de voluntad contemporánea y colectiva.
La primera estrategia consiste en separar el edificio en dos partes. Se pasa de un edificio a dos edificios para generar nuevos accesos independientes que, enfrentados, construyen un lugar público en forma de plaza elevada sobre la cota de las calles que lo rodean: un espacio intermedio, una plaza dura y accesible a la que se abren las entradas a la biblioteca y el teatro.
La segunda de las estrategias es matérica. El nuevo edificio mantiene el ladrillo como material de fachada con la voluntad de aunar innovación y tradición. La cerámica está muy presente en el contexto urbano de Boadilla, incluso en elementos patrimoniales cercanos como la tapia de los Jardines del Palacio del Infante Don Luis del siglo XVIII o el conjunto de la Iglesia de San Cristóbal del siglo XIII. Cada una de las dos partes del edificio se manifiesta al exterior en sendos volúmenes idénticos en lo material, pero de tamaños diferentes. La reordenación de la materialidad de la fachada permite matizar la relación que establece con el exterior del programa y la del edificio con su entorno patrimonial.
La tercera estrategia es estructural. La cubierta se eleva hasta la altura máxima permitida. El antiguo edificio fue construido para que los pilares de las plantas intermedias trabajaran a tracción, sujetando el techo del teatro desde las grandes cerchas de la cubierta inclinada que cobijaban un espacio sin uso. El proyecto invierte el sentido de las cargas y esos pilares pasan así a trabajar a compresión, descargando la transmisión de fuerzas sobre dos grandes vigas postesadas en el techo del teatro. De este modo, se optimizan las condiciones urbanísticas a nivel de volumetría para conseguir bajo cubierta una nueva gran sala de lectura de dos alturas y con luz cenital de norte en la última planta.
Finalmente, se reordena la materialidad de su fachada para matizar la relación que establece con el exterior del programa y la del edificio con su entorno patrimonial.