Bienal Española de Arquitectura y urbanimo
Obras — Premiado

Remodelación de la Plaza de España y su entorno

Lorenzo Fernández-Ordoñez Hernández, Aránzazu La Casta Muñoa, Fernando Porras-Isla Fernández Rodríguez de los Ríos Plaza de España y su entorno, Madrid
Promotor/es: Ayuntamiento de Madrid
Constructora: UTE Plaza de España
Superficie construida (m2): 169.327
Fotografía: Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán y Rocío Romero)

La obra transforma profundamente el espacio urbano entre el Palacio Real de Madrid, la plaza de España, la Gran Vía y el parque del Templo de Debod, un sector de un enorme valor paisajístico y patrimonial en el centro de la ciudad, y plantea cinco estrategias o ejes de intervención:
1. Establece una total continuidad para el peatón al eliminar las barreras arquitectónicas, implementando medidas de accesibilidad universal y suprimiendo la presencia del automóvil en superficie.
2. Construye un enlace vegetal al vincular áreas verdes previamente inconexas: la plaza de Oriente, los jardines de Sabatini, el parque del Oeste y Madrid Río. Con la plantación de más de mil árboles de especies adaptadas al clima, conforma un nuevo eslabón vegetal en un corredor ambiental que conecta con la Casa de Campo y la sierra de Madrid.
3. Plantea un nuevo modelo de movilidad al reducir el espacio de circulación motorizada y trasladar el automóvil privado a un nivel bajo rasante a través de dos pasos de vehículos subterráneos. Expande así una nueva red ciclista que vincula itinerarios antes inconexos.
4. Introduce nuevas posibilidades de uso, desde los juegos infantiles que se despliegan en las áreas lúdicas construidas a tal efecto a las actividades temporales que se asientan periódicamente en la plaza equipada para ese fin.
5. Desvela un nuevo itinerario cultural a través del cual se hacen visibles para el público los hallazgos arqueológicos aparecidos durante las obras, como los sótanos del Palacio de Godoy, el muro de contrafuertes de Sabatini o los arcos del Cuartel de San Gil, entre otros.
Una vez desaparecido el tráfico de la superficie, la nueva topografía proyectada negocia con todos los bordes de la ciudad hasta obtener resultados inéditos, como la completa integración de los jardines de Sabatini —antes enterrados respecto a la calle Bailén— o la conexión en suave pendiente desde el Edificio España hasta la calle Ferraz.
A partir de la propuesta del concurso, el proyecto ejecutado supera los límites de la plaza y se extiende para ordenar pequeños espacios devueltos a la ciudad, como la plaza de Cristino Martos o el nuevo acceso peatonal al Palacio de Liria.
El espacio público entre la Gran Vía, el Templo de Debod y el Palacio Real, una vez inaugurado, es visitado diariamente por decenas de miles de personas que lo han colonizado instantáneamente, apropiándoselo como si siempre hubiera sido así. La arquitectura queda disuelta por la potencia de los valores patrimoniales del lugar y la nueva vegetación la arropa sin afectación alguna.

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