Solo imágenes. La tarjeta postal como vehículo de conocimiento urbano
Jordi Sardà Ferran Fundación ArquiaLa postal inicia su trayectoria vital de manera decidida en la década de 1880, cuando la ciudad europea está plenamente consolidada y la americana crece de manera imparable. La urbe acumula beneficios; controla el poder comercial, financiero, cultural y político; alcanza privilegios, y el planeta entero parece trabajar para ella.
Es así como la eclosión de la tarjeta postal y la consideración de la ciudad como el invento más extraordinario del hombre coinciden en el tiempo. Y es imposible no identificar a la postal como la herramienta que ilustra, ilumina y explica la ciudad, que la necesita y usa como medio de difusión, de gestión de su identidad y, a la vez, como testimonio del pasado y del presente.
La tesis doctoral en la que se base este libro parte de una simbiosis tal entre ellas que niega la posibilidad de entender una sin la otra. Más aún, el verdadero tema y motivo de la investigación es la metrópoli. De hecho, todo el proceso de elaboración del trabajo lleva implícito una oda a la ciudad, y presentar a la postal como protagonista es solo una estrategia.
Las imágenes de las tarjetas postales han contribuido al saber urbano adquirido por el autor en sus dilatados años de formación, aprendizaje y docencia acerca de la ciudad y la arquitectura. Así, resulta casi inevitable que la investigación proponga demostrar su capacidad narrativa y confirmar que, a pesar de su humilde condición, deben considerarse acreditados documentos e imprescindibles vehículos de conocimiento urbano «solo con imágenes».