Este libro intenta narrar un momento histórico muy específico a partir de una metáfora a la que llamaremos Teatro Móvil, desarrollada al margen de la cultura dominante de su tiempo. Esta metáfora se encarnó en multitud de ejemplos, pero es uno de ellos el que sirve de argumento principal, aunque no único, para el relato que ofrece. Se trata del proyecto de graduación del arquitecto español Javier Navarro de Zuvillaga (Madrid, 1942), realizado durante una estancia de ampliación de estudios en la Escuela de Arquitectura de la Architectural Association de Londres en el curso 1970-1971. El objetivo es trazar la relación multifacética entre una parte importante de la cultura arquitectónica y las artes escénicas alternativas entre 1963 y 1975 en varios países. La investigación revela una cantidad importante de proyectos, muchos de ellos inéditos, que crean un cuerpo de trabajo consistente en un amplio espectro internacional. Lejos de considerar la contracultura arquitectónica como un conjunto dispar de iniciativas individuales y grupales, esta descripción organizada de diseños, proyectos y teorías demuestra que existió un intercambio de valores culturales cuidadosamente construido. El libro está dividido en seis capítulos y sigue la intra-historia del arquetipo del Teatro Móvil en diferentes contextos. Cada capítulo examina un debate geográfico-cultural particular, los vínculos entre individuos o grupos y la relación específica con la cultura arquitectónica.
Por lo tanto y pese a las apariencias, este libro no es un trabajo monográfico sobre un proyecto o un autor, o no solamente, sino la narración de una red cultural muy compleja y bien acotada cronológicamente. En el transcurso de la narración, el Teatro Móvil de Javier Navarro aparece y desaparece para reaparecer, una y otra vez, como referente y fantasma que persigue la totalidad de la investigación. Esta estructura discontinua está además marcada por una serie de temáticas, las que dan título a cada capítulo, que tienen una independencia relativa entre sí pero que, en conjunto, ofrecen un retrato coherente del ambiente cultural en el que se gestó el proyecto de Javier Navarro en Londres. Así pues, se ha perseguido producir, o reproducir, una cierta atmósfera cultural crítica más que un relato clausurado en sí mismo, conclusivo o dogmático.
La época tratada interesa mucho hoy porque presenta condiciones culturales, económicas y sociales parcialmente similares a las nuestras. Pero lo que más nos puede interesar hoy de este capítulo histórico no es su carácter premonitorio, sino el modo en que los protagonistas de esta historia navegaron casi a ciegas por las contradicciones de su tiempo. Lo que pone especialmente en valor a la totalidad de los experimentos arquitectónicos revisados en este libro no es la anticipación de ciertos fenómenos que hoy son hegemónicos, absorbidos y ubicuos, sino precisamente lo opuesto, el enorme antagonismo que supusieron con respecto a la cultura arquitectónica dominante de su momento. Esta publicación es un homenaje a ese fuerte antagonismo.